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LA MINI-AVENTURA DE XR-8, por Anda Voicu (2ºB)
Debería haberme quedado en casa. Esto no es lo mío. No sé pilotar una nave. ¡Y mucho menos una nave de último modelo! Y os preguntaréis ¿qué le puede llegar a pasar a un tío que no sabe pilotar una nave espacial de último modelo? Sí, habéis leído bien, ¡una nave espacial de último modelo! ¿O qué os pensabais? De todos modos, no tengo tiempo para chácharas, así que solo os contaré lo necesario.
Me llamo XR – 8 y soy un alienígena que vive en el planeta 8, en la galaxia XI, a unos 100.000 años luz de la Tierra, para que os hagáis una idea. Pero eso no es tan importante. Os contaré cómo llegué a pilotar esta nave.
Cada año, los planetas de nuestra galaxia compiten en un viaje interestelar. Bueno, pues yo, en un principio, quería hacer el viaje, pero sólo como ayudante. Sin embargo, en el último momento, cuando estábamos despegando, el piloto empezó a sentirse mal y devolvió. Para colmo, me confesó que le daba miedo volar, así que cogió la única válvula de escape… ¡y se piró! Así que, aquí me quedé yo, solo y metido en una nave espacial de último modelo.
Ya llevaba unos 100.000 años luz cuando, de repente, vi un cartel que decía: “ SISTEMA SOLAR: A LA IZQUIERDA “, así que giré a ese lado. Después de un rato, me encontré con unos cuantos planetas y una gran bola de fuego en el centro. Eso debía de ser el Sol; quizás soy un poco tonto, ¡pero no tanto! En fin, de repente, y sin darme cuenta, una luz roja empezó a parpadear. Nunca me habían gustado las luces rojas, pues siempre que se encienden, algo malo va a pasar. Y no me equivocaba: la luz me informaba de que me estaba quedando sin gasolina. Así que, o aterrizaba inmediatamente o… ya os lo imagináis. Y el planeta más cercano era la Tierra ¡qué ironía! Y eso fue lo que hice, pero no pienso contaros el aterrizaje detalladamente o me entretendré, pero sí os diré que casi me mato y que la nave quedó hecha un asco.
A pesar de la desastrosa aventura, de algo estaba seguro: no iba a volver a mi planeta, porque si se llegaran a enterar de esto, me comerían con espárragos, que es la comida oficial de mi planeta –aunque yo prefiero el chocolate-. Así que, después de todo lo que he tenido que pasar, pienso quedarme en vuestro planeta, transformándome en uno de vosotros… ¡Incluso quizás ya nos conocemos y tú ni siquiera te has dado cuenta! Porque, al fin y al cabo, sois el planeta mas majareta y enrollado de todos… o eso creo.
Berta era una niña que se conformaba con lo que tenía, era alta, rubia y normalita. Es decir todo lo contrario que María. Juan y Berta eran mejores amigos, se conocían desde que nacieron, se contaban todos sus secretos y juntos habían pasado miles de aventuras. Habían vivido tantos años y experiencias juntos que, al final, acabaron enamorándose el uno del otro…
Sin embargo, a pesar de la tranquilidad del barrio, sucedió un acontecimiento inesperado. Veréis, como ya os he dicho antes, María no era una niña normal, ya que poseía el poder del querer. El poder del querer es un poder asombrante, ya que todo lo que quería lo conseguía, todo lo que cualquier niña o niño de su edad querría obtener. El problema de este poder era que, a los cinco días, perdía lo que había deseado.
Un día, María salió a dar una vuelta, para conocer su nuevo barrio. Paseando, se encontró con Juan, del cual cayó enamorada a primera vista. Se acercó a él y se presentó. Estuvieron conversando durante toda la tarde y se acabaron haciendo amigos. Pero María no se conformaba con ser su amiga, ella quería ser su novia. Se hizo tarde, se despidieron y quedaron para el día siguiente. María, al llegar a casa, se encerró en su habitación, encendió unas velas aromáticas que relajaban el ambiente y dijo tres veces:
-¡Lo quiero, lo tengo! ¡¡lo quiero, lo tengo!! ¡¡¡lo quiero, lo tengo!!! -y, como por arte de magia, hechizó a Juan.
Al día siguiente, Juan le dijo que la quería y le pidió salir, y ella, obviamente, aceptó. Cuando Berta se enteró de esto, se disgustó muchísimo, no paraba de llorar y pensaba que su vida ya no tenía sentido. No salía de casa, ni siquiera de su habitación; se sentía traicionada por parte de Juan.
Pasaron cuatro días y todo entre María y Juan iba a la perfección, pero llego el quinto día, el día en que se perdía lo que había deseado. Ella no le dio ninguna importancia, porque pensó que podía volver a pedir el deseo y sería suficiente; pero no fue así. Antes de que ella volviera a pedir el deseo, Juan miró su móvil y vio una foto de Berta y un mensaje donde expresaba sus sentimientos después del daño que le había causado. Fue entonces cuando el hechizo se rompió definitivamente. Juan fue a visitar a Berta, le contó lo sucedido y le pidió mil veces perdón, ya que no era consciente de sus actos. Ella lo perdonó, ya que seguía queriéndolo, y volvieron a estar juntos.
María repetía una y otra vez sus palabras mágicas: -¡Lo quiero, lo tengo!¡Lo quiero, lo tengo!¡Lo quiero, lo tengo! Pero esta vez no funcionaron, ya que el querer de Juan y Berta había aumentado y ni siquiera un hechizo los separaría. Por eso, vale mucho más el poder del querer sentimental, que el mágico.
Una tarde que estaba delante del ordenador viendo las imágenes de toros que aparecían, sucedió algo muy extraño. De repente, salió una luz muy fuerte de la pantalla y lo transformó. De pronto, Marcos se dio cuenta de que no estaba en su habitación, sino en un campo, rodeado de toros y vacas. Pero su sorpresa fue mayor cuando descubrió que se había convertido ¡en un toro de color colorado! Estaba emocionado, ¡por fin iba a poder saber lo que sentía su animal preferido, al que más admiraba!
Pasaba los días y él se encontraba feliz, estaba viviendo como siempre él había deseado. Pasaba largos ratos en el campo, después lo pasaban a los corrales y, luego, durante la temporada de festejos, por los pueblos. Pero al final empezó a aburrirse y ya no se lo pasaba tan bien. Un día amaneció nublado y las nubes amenazaban con lluvias. Toda la ganadería estaba pastando plácidamente en el campo, cuando se desató una tormenta. Marcos y todos sus compañeros de la manada se quedaron quietos dejando que la lluvia cayera sobre ellos. Sin embargo, la tormenta era cada vez más fuerte y los rayos más abundantes. Marcos se encontraba cerca de unos árboles y en seguida recibió una descarga…
De repente, Marcos se encontró, de nuevo, en el salón de su casa. Sus padres y hermano estaban dormidos. Miró el ordenador y vio que seguía encendido, exactamente como lo dejó, pero… Marcos no entendía nada, ¡habían trascurrido dos años! Entonces comprendió todo: ¡el tiempo se había congelado! …para todos, menos para él. Apagó su ordenador y sus padres y hermano despertaron. Todo había vuelto a la normalidad.
BARTO Y SU NUEVA VIDA, por Alejandro Vlad (2ºC)
-¡¡Basta!! ¡¡Ya vale de hacer el mal! Y dejó de cometer aquellos actos.
Molan =)
ResponderEliminarMuy bien estos relatos, de verdad. He disfrutado de la lectura de todos.
ResponderEliminarSólo que... no voy a poder mirar igual a mi vecina cuando entremos juntos al ascensor: lleva un pelo de permanente, ojos saltones y amplia sonrisa; habla con un raro acento que hasta ahora pensaba yo que sería de algún país del Este de Europa... y siempre acarrea bolsas de Mercadona repletas de latas de espárragos. De hecho, un día nos quedamos colgados y me explicó pormenorizadamente ocho recetas y media de cocina con espárragos (la media fue porque vino el portero a sacarnos).
Ya quisiera yo tener vuestra frescura para escribir. ¡Espera! Voy a probar... "Lo quiero, lo tengo, lo quiero, lo tengo, lo quiero..."
Un saludo a todos y seguid así, dándole esas alegrías a vuestra profa, "la de Lengua".
Paco
¿A quien se le ocurre poner Anonimo?
ResponderEliminarY luego alfinal de comentario poner ``Paco´´
Ja, estoy seguro que este es algun amigo de la silvia :D
Gracias, Paco, por tu comentario. Nos alegramos de que te hayan gustado los textos. Y nos alegramos aún más de haberte desvelado el gran secreto de tu vecina la pelirroja; te hemos librado de acabar cortado a trocitos, mezclado con espárragos trigueros y salsa bechamel. ¡Ñam! :D (Risa en voz grave y tono malévolo: JA-JA-JA-JAAA).
ResponderEliminarOye silvia, el trabajo te lo tenemos que dar ati ¿No? esque me quedan 2 ejercicios el de la mezquita y el de separa el texto en partes...
ResponderEliminarSí, dádmelo a mí. Yo lo miraré y luego se lo daré a José Manuel para que revise las preguntas de sociales.
ResponderEliminar¿Te ha gustado el libro?
OK, Si no esta mal, yo le eh dado de nota un 7
ResponderEliminarAunque salen muchas palabras que se refieren al idioma arabe y son raras ;)
Oye lo de la mezquita hay que describir una foto
o hay que poner informacion sobre la mezquita?
Esque eso no me ah quedado muy claro... :S
Hay que describir una foto de la mezquita, como los comentarios que hacéis en clase con José Manuel. De todos modos, si tienes más dudas, pregúntale a él que es quien revisará esa parte.
ResponderEliminarEstá super bien ese blog cada día me gusta más pero una cosa Silvia dónde están los vídeos que has colgado? es que no los encuentro!:S un beso!
ResponderEliminarya las he encontrado jeje
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